Historia
Historia Arquidiocesana
La Iglesia ha estado presente desde la formación de la ciudad; ha sido testigo de su poblamiento y de los cambios que le han sucedido a través del tiempo. Ha tenido la tarea de acompañar espiritualmente a sus gentes, brindando esperanza, abrazando los esfuerzos y siendo consuelo en los sufrimientos. En los inicios de la ciudad abanderó la organización social y comunitaria para proveer a los nacientes barrios de infraestructura en servicios educativos y de salud, principalmente. La historia de Cali da cuenta siempre de la presencia de la Iglesia, unas veces más visibles, otras más discretas, pero siempre ha estado como apoyo y sostén constante del caminar de su pueblo.
La labor pastoral ha transcurrido en medio de una experiencia de hacer Iglesia que intuye la diversidad del territorio y los múltiples sentidos que allí se gestan. Los énfasis de la tarea pastoral han estado marcados por los desafíos de los tiempos y sus contingencias.
A continuación, una síntesis de la presencia de la Iglesia en la historia de la ciudad y la región, en el marco de las distintas dinámicas de configuración territorial:
El Inicio: Una construcción Local
El año 1536 es el punto de partida del camino de la Iglesia en Santiago de Cali; con precisión, el 25 de julio se realiza la fundación católica de la ciudad. Allí inicia el nacimiento de la Iglesia y de la Cali naciente en esta comarca (Romero 1973: 29). Comienzo que simbólicamente se inauguró con la celebración de la primera Santa Misa en un toldo, en medio de una explanada que es hoy el actual centro — sector de La Merced— al lado del río. Este sector es el primer hito de la construcción comunitaria del poblado.
La fundación jerárquica fue llevada a cabo en 1539 (Romero, 1973: 31). En esta fecha fue puesta la primera piedra de la Parroquia de San Pedro, Iglesia matriz de la región, erigida por el Obispo de Quito en una choza en donde está ubicada la Catedral Metropolitana de Cali.
La Fundación Hogareña y Conventual se llevó a cabo en 1541 con la inauguración del Convento de la Merced (Romero, 1973: 31), conformando así una institucionalidad que llevaría la acción evangelizadora a lugares recónditos de la región y fortalecería la acción pastoral en la localidad.
La primera visita episcopal se da en noviembre de 1548 cuando Monseñor Juan del Valle, recién nombrado Obispo de la naciente Diócesis de Popayán, vino a instalar formalmente la Iglesia y a nombrar los primeros canónigos que debían componer el Cabildo (Instituto de Estudios del Pacífico 1994: 81).
En estos caminos de evangelización aparece en 1580 como un mensaje de comunión en la fe católica y encuentro en la diversidad de culturas la “Reina de la Montaña” o “Reina del
Quereme” (encontrada en el Corregimiento del Queremal) la cual bajó a acompañar estos Valles y Ríos —con su adorado hijo, con Chontaduro en mano y aire de mar en su manto—, ahora Nuestra Señora de los Remedios (Romero, 1973: 31.), Patrona Principal de la Arquidiócesis de Cali y símbolo de la fe en nuestra región.
Durante la época de la Colonia se consolida Cali paulatinamente como un cruce de caminos en el que el comercio era favorable, su relación con el mundo a través del pacífico (Buenaventura) se fue convirtiendo poco a poco en un sendero de herradura por el que transitaban vidas, historias y mercancías que consolidarían las regiones mineras de Antioquia, Chocó y Popayán y las haciendas que se extenderían por toda la región.
Ya en el Siglo XIX, las dinámicas propias del siglo hacen que la región pase del Sistema de Hacienda a su consolidación como centro de comercio. La prematura declaración de independencia de Cali (3 de julio de 1810) y la corta vida de la conformación de las ciudades confederadas (1811-1815) marcan el inicio de una dinámica política en cuanto deseo de autodeterminación e identidad política regional. La abolición de la esclavitud (1849) marca nuevos retos hacia una sociedad que se construye en la diferencia. En 1850 se inicia la construcción del camino entre Cali y Buenaventura, que determinará el desarrollo posterior de la región.
Del siglo XVI al XIX se aprecia cómo la Iglesia jugó un papel de importancia tanto en la vida cultural como en el proceso de organización social y territorial de la localidad y la región. En este tiempo fueron estableciéndose hitos importantes de la construcción de una paciente pero constante acción pastoral y evangelizadora. Acompañando al pueblo de Dios se construyeron templos que son íconos históricos de la ciudad:
- En 1572 se realiza la construcción de la antigua Iglesia de “La Ermita”; obra construida por indígenas yanaconas y muiscas que estaba ubicada a 80 mts de la actual, al costado oriental (Arquidiócesis de Cali, 2010: 58).
- A finales del Siglo XVII, se construye la primera capilla de Santa Rosa, luego convertida en Iglesia en 1873.
- En 1806 se construye el antiguo templo de San Nicolás, posteriormente reubicado y convertido en la segunda parroquia de Cali. También se desarrollaron en este tiempo las parroquias en las cercanías de Cali como Nuestra Señora del Rosario, en Jamundí (1810); Nuestro Señor del Buen Consuelo, en Yumbo (1830); Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Robles, Corregimiento de Jamundí (1899); Nuestra Señora de los Remedios, Dagua (ND) y San José de La Cumbre (1852), que configuraron a lo largo del tiempo una labor denodada en la búsqueda de regocijo espiritual, apoyo pastoral y evangelizador.
Estas parroquias consolidarían con el tiempo las municipalidades del área metropolitana de la Arquidiócesis de Cali.
El establecimiento paulatino de órdenes religiosas, conventos y obras sociales como Padres Agustinos Ermitaños (1581), Agustinas (1739), Padres Franciscanos (1757), Hermanos Maristas (1817), Madres Carmelitas Descalzas (1855), Redentoristas (1882), Padres y Hermanas Vicentinas (1886), Hermanas de la Providencia (1907); fue tomando relevancia no sólo por la labor social y evangelizadora que desarrollaron desde sus comienzos, sino por el patrimonio arquitectónico que dejan a la ciudad como: el museo La Merced, la Capilla de San Antonio, los colegios Santa Librada, San Luis Gonzaga, y la Sagrada Familia; el Hospital San Juan de Dios, la Torre Mudéjar y el Convento Franciscano; arquitecturas que son reflejo de la importante contribución de la Iglesia a la historia local y de su aporte al imaginario social que representa a la identidad caleña (Romero, 1973: 29-84).
De Capital a Ciudad - Región
El florecimiento económico de la ciudad, de la mano de una mayor influencia social, política, cultural y espiritual en la región, son el marco que justifica la conversión de la Diócesis de Cali en Metropolitana el 20 de junio de 1964.
Los comienzos del Siglo XX sentaron las bases para una transición fundamental de la Iglesia, Cali, y su papel en la región; pasando de estar circunscrita en un ámbito predominantemente local y dependiente de Popayán a tener autodeterminación propia como Departamento.
Después de la Guerra de los Mil Días (1899-1902) y la separación de Panamá (1903), la región tuvo un momento de especial importancia para el país, que de alguna manera conllevó a prepararse para la “apertura” colombiana hacia el Pacífico.
Iniciado ya el proceso de construcción del Ferrocarril del Cauca —luego llamado Ferrocarril del Pacífico— que comunicaría Bogotá y Buenaventura (Arias de Greif, 1989), y la inminente inauguración del canal de una Panamá ya escindida, implicó que el tradicional “cruce de caminos” entre el sur y el centro del país con el Pacífico,
emprendiera un proceso de florecimiento y transformación hacia su consolidación como polo de desarrollo comercial, político y religioso en la región. La creación del Departamento el 16 de abril de 1910 —un siglo después de haber declarado su independencia— es la punta de lanza del desarrollo y las transformaciones de la ciudad. Es así como surgen una serie de hitos que contribuyeron a caracterizar a Cali como una población pequeña pero con una vida dinámica y próspera.
Entre los hechos más importantes a destacar en la región por estas épocas se encuentran: la creación de la Cámara de Comercio en agosto de 1910, en octubre del mismo año se da apertura a la primera planta de energía; dos meses después — en diciembre— se inaugura la iluminación pública en la Plaza Caycedo, y en 1915 comienza a funcionar el Ferrocarril del Pacífico.
El 7 de julio de 1910 se inicia la gestación de nuestra Iglesia Particular, recién creado el Departamento; el Papa San Pio X mediante Bula crea la Diócesis de Cali, segregada de la Arquidiócesis de Popayán, siendo erigida canónicamente el 15 de Octubre del mismo año mediante Decreto por el Excmo. Delegado Apostólico en Colombia Monseñor Francisco Ragonesi (Arquidiócesis de Cali, 1979: 5). El 24 de Agosto de 1912 es nombrado como primer Obispo de Cali Monseñor Heladio Posidio Perlaza Ramírez. Su territorio era coincidente casi en su totalidad con el departamento excepto Palmira y sus municipios vecinos, todavía pertenecientes a Popayán (Zuluaga, Antonio. 1997: 9), (Romero, 1979: 39).
En medio del optimismo por la creación del Departamento y en un mundo convulsionado por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Monseñor Perlaza Ramírez, primer Obispo de Cali (período 1912-1926), inicia el proceso de consolidación administrativa y organizacional de la Diócesis; da apertura el Seminario Mayor (1912) —luego cerrado por problemas económicos—, construyó el Cementerio Central (1920), recorrió a lomo de mula regiones apartadas del nuevo departamento procurando dar directrices sobre la organización pastoral y evangelizadora, y antes de su renuncia (1926) deja inaugurado el periódico “La Voz Católica”.
Monseñor Luis Adriano Díaz Melo, segundo Obispo de Cali (período 1927-1947) asume su labor pastoral de estas tierras en medio de episodios turbulentos en el concierto internacional y nacional, como la crisis económica mundial (1929-1932), la guerra entre Colombia y Perú (1932-1933) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Sin embargo, la ciudad sigue su proceso de consolidación, durante este período por ejemplo se inaugura el acueducto de San Antonio (1930) y es fundada la Universidad del Valle (1945). Su gestión hizo énfasis en mejorar la gestión económica de la Diócesis que pudiese fortalecer la presencia regional de la Iglesia. Como resultados se encuentra la remodelación de La Catedral y la Curia; construyó el seminario en Bitaco y el Cementerio Central; funda el Seminario Conciliar San Pedro Apóstol (1931); organizó la Acción Católica y el Congreso Mariano Misional (1942) y logró que la Conferencia Episcopal de Colombia nombrara a Cali sede del Congreso Eucarístico Bolivariano, iniciando la senda de los grandes eventos que le servirían para posicionarse tanto a nivel nacional e internacional como también en función de la consolidación de su agenda de ciudad-región.
Monseñor Julio Caicedo Téllez (tercer Obispo de Cali durante el período 1948-1959 época marcada por la violencia política en el país) trabajó con ahínco para consolidar la vida sacerdotal en la Arquidiócesis. Alentó la construcción del nuevo Seminario y realizó el I Congreso Eucarístico Bolivariano (1949). En este período se creó el Instituto Popular de Cultura de Cali (1948) que en aquella época estuvo orientado a la alfabetización y la formación en artes y oficios para los obreros (1948) y se vive en la ciudad una etapa de Industrialización (1950) que atrajo población rural a habitar la naciente urbe. Por la misma época nace el periódico El País (1950) y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca CVC (1954).
Cali estuvo marcada en estos años por la tragedia ocurrida en el Centro de Cali con la explosión de carros de pólvora del Ejército (1956), en la calle 26 con carrera 1ª; situación que demandó un trabajo humanitario arduo de acompañamiento y asistencia social de parte del Presbítero Alfonso Hurtado Galvis, rostro de la Iglesia Caleña, quien estuvo acompañando a los familiares de las 1.300 víctimas, los 4.000 heridos y un gran número de damnificados que dejó dicho evento. Ante el copamiento de tumbas en el Cementerio Central por este infortunio, se construye el Cementerio San José en Siloé. Este período continúa la configuración de la Iglesia en el Departamento con la creación del Vicariato Apostólico de Buenaventura y la Diócesis de Palmira (1952).
En el corto período de Monseñor Francisco Gallego Pérez, cuarto Obispo de Cali (1959- 1960), teniendo como contexto el recién constituido Frente Nacional (1958) y en medio de las expectativas de la convocatoria del Concilio Vaticano II, realizada por el Papa Juan XXIII, Monseñor Gallego llevó a cabo el Congreso Mariano Diocesano y la trascendental celebración del cincuentenario de Diócesis, recibida con cariño por parte del pueblo caleño.
Obispos
a Iglesia de Cali ha tenido en toda su historia los siguientes Pastores:
Obispos
Mons. Heladio Posidio Perlaza 1912 – 1927
Mons. Luis Adriano Díaz Melo 1927 – 1947
Mons. Julio Caicedo Téllez, S.D.B. 1948 – 1958
Mons. Francisco Gallego Pérez 1959 – 1960
Arzobispos
Mons. Alberto Uribe Urdaneta 1960 – 1985
Mons. Pedro Rubiano Sáenz 1985 – 1995
Mons. Isaías Duarte Cancino 1995 – 2002
Mons. Juan Francisco Sarasti Jaramillo, C.J.M 2002 – 2011
Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía 2011 actual
Obispos Auxiliares
Mons. Miguel Antonio Medina Medina 1953 – 1959
Mons. Augusto Aristizábal Ospina 1970 – 1977
Mons. Juan Francisco Sarasti Jaramillo, C.J.M. 1978 – 1984
Mons. Héctor Gutiérrez Pabón 1987 – 1998
Mons. Alfonso Cabezas Aristizábal, C.M. 1988 – 1992
Mons. Julio Enrique Prado Bolaños 1992 – 1995
Mons. Edgar de Jesús García Gil 1992 – 2002
Mons. José Soleibe Arbeláez 1999 – 2003
Mons. Luis Adriano Piedrahita Sandoval 1999
Mons. Gonzalo Restrepo Restrepo 2004
Mons. Julio Hernando García Peláez 2005
Mons. José Alejandro Castaño Arbeláez 2006
Mons. José Daniel Falla Robles 2009
Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro 2015 – 2020
Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez 2014 actual