Adviento

Tercer Domingo de Adviento - Gaudete Diciembre 17

La Pastoral Litúrgica pone a disposición de toda la comunidad arquidiocesana estos subsidios para la Liturgia dominical, para que en todos los templos y centros de culto se celebre de manera digna y bella el Misterio de nuestra fe.

En este nuevo año litúrgico se llama vivamente a todos los ministros ordenados a presidir en fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia en materia de Liturgia, y a los ministros laicos se les invita a renovar su compromiso de servicio al interior de sus comunidades, de acuerdo a la formación recibida para cada oficio.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS

Con el primer Domingo de Adviento inicia un nuevo Año Litúrgico en la Iglesia Católica, este comenzará con el primer Domingo de Adviento, que este año será el domingo 3 de diciembre de 2023, y concluirá en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, que será el 24 de noviembre de 2024.

En este calendario se distribuyen las principales festividades y tiempos como el Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua y Tiempo Ordinario. (Aciprensa)

Introducción al Tiempo Santo del Adviento

Del directorio sobre la piedad popular y la liturgia (N°. 96)

El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza: espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal; conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos» (Mt 3, 2); y esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cf. Rom 8, 24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y «nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es» (1 Jn 3, 2).

Normas Particulares del Tiempo de Adviento

Normas Tiempo de Adviento

  1. El formulario de la misa es propio para cada día. Hasta el 16 de diciembre se toma el prefacio I o III de Adviento. A partir del día 17 de diciembre se toma el prefacio II o IV de Adviento.
  1. En las memorias obligatorias, hasta el 16 de diciembre, se dice la colecta propia; en cambio, la oración sobre las ofrendas y la de después de la comunión, si no son propias, se pueden tomar o del común o de la feria correspondiente (cf. OGMR, 363). El prefacio se toma del tiempo o del común.
  1. En las ferias y memorias libres, hasta el 16 de diciembre, se puede elegir la misa de feria, o la misa de uno de los santos de los que se hace memoria libre, o la misa de algún santo inscrito ese día en el Martirologio (cf. OGMR, 355b). En las memorias de los santos se toma la colecta propia o, si carece de ella, la del común correspondiente; en cambio, la oración sobre las ofrendas y la de después de la comunión, si no son propias, se pueden tomar o del común o de la feria correspondiente (cf. OGMR, 363). El prefacio se toma del tiempo o del común.
  1. En las ferias privilegiadas desde el 17 hasta el 24 de diciembre, se dice la misa del día litúrgico propio. Toda memoria que pueda estar señalada para ese día debe tomarse como libre, y solo se hace conmemoración: se toma la oración colecta, el resto de las oraciones deben tomarse del día litúrgico propio (cf. OGMR, 355a; NUALC, 16b). El prefacio se toma del tiempo.
  1. No se permiten las misas por diversas necesidades y votivas, a menos que la necesidad o verdadera utilidad pastoral así lo requiera (cf. OGMR, 376). A partir del 17 de diciembre es necesario el mandato o permiso del Ordinario para celebrar estas misas.
  1. Los domingos no se permiten las misas de difuntos, tampoco la exequial (cf. OGMR, 380). Durante las ferias de todo el tiempo de Adviento pueden celebrarse la misa exequial y las misas de difuntos después de recibida la noticia de la muerte y en el primer aniversario, pero no se permiten las misas cotidianas de difuntos durante todo este tiempo litúrgico (cf. OGMR, 381).
  1. El color de las vestiduras litúrgicas es el morado o violeta. El rosado puede emplearse el Domingo III «Gaudete» (cf. OGMR, 346d.f.). En las memorias de los santos, hasta el 16 de diciembre, puede usarse el color propio (blanco o rojo), pero a partir del 17 de diciembre, aunque se haga conmemoración de alguna memoria, debe usarse el color morado o violeta.

Sobre el Oficio Divino

  1. Liturgia de las Horas, Tomo I. Elementos propios del tiempo: Himno, antífonas, preces y oración final.

Otros aspectos a tener en cuenta

  1. En la celebración del Matrimonio, ya se celebre en la misa o fuera de ella, se imparte siempre la bendición nupcial, pero recordando a los esposos la singular naturaleza de este tiempo litúrgico (cf. Ritual del Matrimonio, 32).
  1. Durante el tiempo de Adviento, el órgano y los demás instrumentos musicales se emplean con la moderación que conviene a la naturaleza de este tiempo, sin anticipar el pleno gozo de la Natividad del Señor (OGMR, 313).
  1. Se ha de adornar con moderación el altar (OGMR, 305; CO, 236).
  1. No se dice «Gloria».
  1. El «Aleluya» no se suprime.
  1. Se puede bendecir la corona de Adviento, antecedida de una catequesis sobre su sentido litúrgico. Se puede invitar a los fieles a que tengan en casa la corona para orar en familia.

Liturgia

+ Leccionario: Dominical-Festivo (Tomo I Año B)

+ Leccionario: Ferial TIEMPO ORDINARIO (Tomo III Año Par)

+ Oficio de Lecturas: Lecturas bíblicas  año II 

+ Tiempo de Adviento: Desde el sábado 2 de noviembre – Primeras Vísperas del domingo 1 de Adviento 

Liturgia de las Horas: Tomo I – Año B

Leccionario: Ferias de Adviento, Navidad 

+ La primera serie de semanas del Tiempo Ordinario se inicia el 9 de enero y termina el día 13 de febrero  con la semana VI.

+ La segunda serie del Tiempo Ordinario se inicia el 20 de mayo, con la semana VI y termina el 30 de noviembre

De los Prenotandos del Leccionario (NN. 93-94)

Domingos: Las lecturas del Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor al final de los tiempos (primer domingo), a Juan Bautista (segundo y tercer domingo), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del Señor (cuarto domingo). Las lecturas del Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico, tomadas principalmente del libro de Isaías. Las lecturas del Apóstol contienen exhortaciones y enseñanzas relativas a las diversas características de este tiempo.

Ferias: Hay dos series de lecturas, una desde el principio hasta el día 16 de diciembre, la otra desde el día 17 hasta el 24. En la primera parte del Adviento se lee el libro de Isaías, siguiendo el orden mismo del libro, sin excluir aquellos fragmentos más importantes que se leen también en los domingos. Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura. Desde el jueves de la segunda semana comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista; la primera lectura es, o bien una continuación del libro de Isaías, o bien un texto relacionado con el Evangelio. En la última semana antes de Navidad, se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato el nacimiento del Señor, tomados del Evangelio de san Mateo (cap. 1) y de san Lucas (cap. 1). En la primera lectura se han seleccionado algunos textos de diversos libros del Antiguo Testamento, teniendo en cuenta el Evangelio del día, entre los que se encuentran algunos vaticinios mesiánicos de gran importancia.

Monición de Entrada

Buenos días (tardes, noches). Sean bienvenidos hermanos a la celebración del tercer Domingo de Adviento, llamado también “domingo de gaudete”, o de la alegría, por la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete, es decir, regocíjense. Isaías y San Pablo son testigos hoy de ese gozo en las lecturas que escucharemos.

El motivo de esta alegría es muy profundo: Dios está cerca, viene a nuestra vida a cumplir sus promesas de salvación, Así que con ese gozo desbordante, comencemos esta celebración. De pie, cantamos jubilosos.

Monición a la Liturgia de la Palabra

La venida del Señor tiene sus precursores, mensajeros que van por delante
allanándole el camino.

Ésa fue la tarea de los profetas en el Antiguo Testamento, pregoneros de la Buena Noticia de la salvación para los pobres, como leemos hoy en el libro de Isaías. Y ésa fue la misión de Juan Bautista, el último de ellos, cuya presencia en medio de Israel hace presentir ya próxima la llegada de Cristo. A este testimonio que hoy nos llega por medio del evangelista Juan se unen el salmo y la primera carta a los Tesalonicenses que nos invitan a vivir este anuncio del Adviento con profundo sentimiento de alegría.

Escuchemos atentos este mensaje.

Oración de los Fieles

Presidente: Oremos al Señor, nuestro Dios, quien es fiel y cumple siempre sus promesas, para que nos disponga de corazón  y de mente a acogerlo con espíritu de conversión. Hagámoslo diciendo todos: 

R/. Ven, Señor Jesús.

 

1.Por toda la Iglesia, enviada al mundo para dar testimonio de la luz y de la verdad, para que sepa mostrar el rostro amoroso del Padre en Cristo a todos los que lo buscan. Oremos. 

2.Por los gobernantes y los encargados de llevar adelante el desarrollo de la sociedad, para que conduzcan a sus pueblos por los caminos de la justicia, la libertad y la paz. Oremos. 

3.Por los olvidados de la sociedad, para que, por la fe, puedan descubrir al que trae la buena noticia a los pobres, la alegría a los tristes y deprimidos, la salud a los enfermos, la libertad a los oprimidos. Oremos. 

4.Por los secuestrados y los privados de libertad, para que en este tiempo de Adviento puedan descubrir la esperanza de liberación que trae el niño Jesús, único salvador de la humanidad. Oremos.

 

Presidente: Acoge, Señor, nuestras oraciones, muéstranos tu misericordia y haznos ver pronto tu salvación. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.

R./ Amén

Mientras el ministro enciende el cirio
correspondiente a la tercera semana de Adviento, dice:

Tercer  Domingo

Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad. Pero sí verán a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor, más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?

En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor! 

Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona cantemos HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)

 

 Primera Lectura:

Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11

Salmo Responsorial:

Interleccional: Lucas 1, 46-48. 49-50. 53-54

R. Me alegro con mi Dios.

Segunda Lectura:

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10

Evangelio:

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11