Por: Equipo de Pastoral Afrocaleña
Representantes de las nuevas comunidades de la Pastoral Afro, en el Verbo Divino y en Santa Madre Teresa de Calcuta, y de parroquias más antiguas compartieron con nuestro arzobispo, Mons. Luis Fernando Rodríguez, su visita al Centro de Pastoral y Espiritualidad Afrocolombiana. Lo recibieron el Pbro. Elías Libanda, misionero de la Consolata y delegado de la Pastoral de Etnias, y el Pbro. Edward Gómez Muñoz, delegado de la Pastoral Indígena. Recibió del padre Elías un informe de las últimas actividades de la nueva gran Pastoral y sus avances en nuestra jurisdicción. Mons. Luis Fernando animó a sus agentes en el reto de integrar los pueblos indígenas, sus cabildos y organizaciones, a las actividades de la Arquidiócesis. Queremos acompañarles en sus necesidades y costumbres propias, sin ser salvadores y “dejarle los imposibles a Dios”. Recordó también la urgencia de motivar y convocar a jóvenes y adultos jóvenes a las actividades de la Pastoral Afro por medio de la riqueza cultural y la novedad que representa la cultura del Pacífico, en la liturgia y muchas otras expresiones. Su diálogo con las comunidades presentes permitió resaltar el deporte y la música como formas efectivas de convocar, las experiencias anteriores que puede aportar la Pastoral Afro, el interés de la juventud por la espiritualidad y la invisibilización de los afrovenezolanos y la población afro de la ladera en el área urbana.
Uno de los motivos principales para la Visita Pastoral fue la celebración del Año Nuevo Afro Ñakati. El almanaque de la Pastoral Afro toma ese último nombre de la palabra “tiempos” de la lengua suajili, del oriente africano. El calendario rompe con el paradigma del tiempo romano-occidental e inicia el 21 de mayo y termina el 20 del mismo mes del año siguiente. Se busca destacar las fechas y los temas de los pueblos afrodescendientes en sus 5 ediciones, la última dedicada a la vivienda, lucha y conquista del territorio propio.
La tarde se dedicó al homenaje a nuestras hermanos y hermanos fallecidos, muchos de ellos misioneros de la Consolata, con el canto triste de los alabaos, y al recuento de nuestras actividades a lo largo de este Año Afro pasado (2023-2024). La nueva comunidad de Chagres, en el Corregimiento de Robles en Jamundí, fue una de los más alegres, aunque sus representantes no pudieron asistir por la emergencia invernal.
Eblin Grueso, de Santa María, una población de Timbiquí, Cauca, acompañó los cantos y expuso la vida cultural de su comunidad, en los tiempos fuertes de navidad y semana santa, y su empeño en dar a conocer la identidad de su pueblo y así muchos jóvenes puedan compartir sus raíces.
El padre Elías Libanda lideró la lectura del capítulo de “Tradiciones religiosas afrocolombianas”, publicación del Centro de Pastoral Afro nacional, dedicado a la marimba. Este instrumento musical tiene una rica tradición y todos los pasos para su elaboración y su sonoridad hablan de territorio, selva y pueblo afro.
¡Y se prendió la fiesta! La Cena Ancestral contó de nuevo con la presencia de CaliCómix y, como toda la visita y la tarde, estuvo llena de música y canto. Nuestras expertas nos permitieron disfrutar de ñato ahumado y jurel seco con tajadas de plátano agridulce y arroz con coco blanco. La noche terminó con el largo y muy alegre duelo de coplas del corcové: “a mí me gusta el corcové / me está gustando el corcové”. Y, claro, no podía faltar la oración, por todos lo nuestro: nuestras actividades, nuestras parroquias y nuestros viajes a casa.