Virgen de Fátima- 13 de Mayo

La Virgen de Fátima, formalmente conocida como Nuestra Señora del Rosario de Fátima, es una advocación con que se venera en todo el mundo.  En la misma línea que otras apariciones marianas, tuvo su origen en los testimonios de tres pastores, llamados Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, quienes afirmaron haber presenciado varias apariciones marianas en la Cova da Iria, Fátima, en Portugal, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. A partir de entonces, esta advocación mariana extendió su fama más allá de sus límites locales llegando a todo el mundo.

En la primavera de 1916 Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron su primer encuentro con un mensajero celestial, Lucía lo relató así. 

«comenzamos a ver, a distancia, sobre los árboles que se extendían hacia el este, una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo transparente, tan brillante como un cristal en los rallos del sol. Al acercarse pudimos ver sus rasgos. Nos quedamos asombrados y absorbidos y no nos dijimos nada el uno al otro. Luego él dijo»:

No tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo.

«El se arrodilló, doblando su rostro hasta el suelo. Con un impulso sobrenatural hicimos lo mismo, repitiendo las palabras que le oímos decir»:

Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te esperan y no te aman.

«Después de repetir esta oración tres veces el ángel se incorporó y nos dijo»:

Oren de esta forma. Los corazones de Jesús y María están listos para escucharlos.

Aparición del 13 de mayo de 1917

Llevando a su rebaño fuera de Aljustrel en la mañana del 13 de mayo, la fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, los tres niños pasaron Fátima, donde se encontraban la parroquia y el cementerio, y procedieron más o menos un kilómetro hacia el norte a las pendientes de Cova. Aquí dejaron que sus ovejas pastorearan mientras ellos jugaban en la pradera que llevaba uno que otro árbol de roble. Después de haber tomado su almuerzo alrededor del mediodía decidieron rezar el rosario, aunque de una manera un poco truncada, diciendo sólo las primeras palabras de cada oración. Al instante, ellos fueron sobresaltados por lo que después describieron como un «rayo en medio de un cielo azul». Pensando que una tormenta se acercaba se debatían si debían tomar las ovejas e irse a casa. Preparándose para hacerlo fueron nuevamente sorprendidos por una luz extraña.

«Comenzamos a ir cuesta abajo llevando a las ovejas hacia el camino. Cuando estabamos en la mitad de la cuesta, cerca de un árbol de roble (el gran árbol que hoy en día está rodeado de una reja de hierro), vimos otro rayo, y después de unos cuantos pasos más vimos en un árbol de roble (uno más pequeño más abajo en la colina) a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol, irradiando unos rallos de luz clara e intensa, como una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella. Nos detuvimos asombrados por la aparición. Estabamos tan cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que ella irradiaba, casi a un metro y medio.

Por favor no teman, no les voy a hacer daño

Lucía respondió por parte de los tres, como lo hizo durante todas las apariciones

«¿De dónde eres?»

Yo vengo del cielo.

La Señora vestía con un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta sus pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían estrellas, con un crucifijo que era la gema más radiante de todas. Quieta, Lucía no tenía miedo. La presencia de la Señora le producía solo felicidad y un gozo confiado.

«¿Que quieres de mi?»

Quiero que regreses aquí los días trece de cada mes por los próximos seis meses a la misma hora. Lugo te diré quien soy, y qué es lo que más deseo, volveré aquí una séptima vez.

» ¿Y yo iré al cielo?»

Sí, tu irás al cielo.

» ¿Y Jacinta?»

Ella también irá

«¿Y Francisco?»

El también, amor mío, pero primero debe decir muchos Rosarios

La Señora miró a Francisco con compasión por unos minutos, matizado con una pequeña tristeza. Lucía después se recordó de algunos amigos que habían fallecido.

«¿Y María Neves está en el cielo?

Si, ella esta en el cielo

«¿y Amelia?»

Ella está en el purgatorio.

Se ofrecerán a Dios y tomarán todos los sufrimientos que El les envíe?

¿En reparación por todos los pecados que Le ofenden y por la conversión de los pecadores?

«Oh Sí, lo haremos»

Tendrán que sufrir mucho, pero la gracia de Dios estará con ustedes y los fortalecerá.

Lucía relata que mientras la Señora pronunciaba estas palabras, abría sus manos, y fuimos bañados por una luz celestial que parecía venir directamente de sus manos. La realidad de esta luz penetró nuestros corazones y nuestras almas, y sabíamos que de alguna forma esta luz era Dios, y podíamos vernos abrazada por ella. Por un impulso interior de gracias caímos de rodillas, repitiendo en nuestros corazones: «Oh Santísima Trinidad, te adoramos. Mi Dios, mi Dios, te amo en el Santísimo Sacramento»

Los niños permanecían de rodillas en el torrente de esta luz maravillosa, hasta que la Señora habló de nuevo, mencionando la guerra en Europa, de la que tenían poca ninguna noción.

Digan el Rosario todos los días, para traer la paz al mundo y el final de la guerra.

Después de esto ella se comenzó a elevar lentamente hacia el este, hasta que desapareció en la inmensa distancia. La luz que la rodeaba parecía que se adentraba entre las estrellas, es por eso que a veces decíamos que vimos a los cielos abrirse.

Las apariciones de la Virgen de Fatima

13 de mayo: Primera aparición ‘‘Regresen el día 13 de cada mes’’.

13 de junio: Jacinta y Francisco dejarán la tierra pronto.

13 de julio: Comparte con ellos el llamado.

19 de agosto: La aparición no se pudo dar el día 13.

19 de septiembre: Invita a presenciar un milagro.

19 de octubre: Última aparición ‘‘El milagro del Sol’’

EL SECRETO DE FÁTIMA

La división del infierno: Revela las trágicas consecuencias por falta de arrepentimiento.

La consagración del Inmaculado Corazón de María: Para prevenir la división del infierno, pide la Consagración de su Inmaculado Corazón.

La visión profética de un atentado: Escrita por Sor Lucía 18 años después de las apariciones. Fue leída por varios Papas antes de su publicación en 2000 por el Juan Pablo II.

Cuando recen el Rosario, después de cada misterio digan: ‘‘Oh Jesús perdónanos por nuestros pecados, líbranos del infierno y lleva al cielo a todas las almas especialmente las más necesitadas de tu misericordia’’, le dijo la Virgen a los tres pastorcitos.

 

 

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