¡Señor Jesús! Tú quisiste quedarte con nosotros hasta el fin de los tiempos y siempre lo haces bajo la apariencia del pan y el vino, transformados en tu cuerpo y tu sangre.
Sabemos y creemos que Tú estás aquí en la hostia consagrada cada vez que se celebra la Sagrada Eucaristía y es por eso que hoy imploramos tu protección hacerte entrega de todo nuestro ser a tu santo servicio en custodia perpetua a este santísimo sacramento.
yo, ________________________________________________
Prometo y me consagro como custodia y adoradora perpetua de esta capilla de adoración y con ella de tu presencia viva en la sagrada eucaristía, donde sé con certeza que estás presente y dedico mi vida para ser ejemplo y testimonio para que tú seas conocido, amado e imitado.
Me comprometo a adorarte como mínimo una hora semanal en un horario fijo, en la adoración eucarística de los jueves, en la Sagrada Eucaristía dominical, a servir en la sagrada liturgia cuando mi servicio es requerido, recibir la formación adecuada para mi vida espiritual y difundir con amor y empeño la fe y la devoción a la Sagrada Eucaristía.
Así lo creo, así me comprometo y así lo he de cumplir, con la ayuda de Dios y la intercesión de la Santísima Virgen María.