Ante la próxima Asamblea sinodal de octubre de 2023, un nuevo documento del Vaticano publicado el pasado martes 20 de junio esboza las cuestiones claves de lo que promete ser un amplio debate sobre la visión del Papa Francisco de una Iglesia más inclusiva, descentralizada y “a la escucha”.
El esperado texto, conocido como Instrumentum Laboris o “instrumento de trabajo” para la próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, señala el comienzo de una nueva fase del Sínodo de la Iglesia Católica sobre la Sinodalidad.
Basándose en las sesiones de escucha ya realizadas en todo el mundo a nivel diocesano, nacional y continental, abarca temas como la posibilidad del acceso de las mujeres al diaconado, el celibato sacerdotal o la atención a “las personas LGBTQ+”. Además, destaca el deseo de nuevos órganos institucionales que permitan una mayor participación del “Pueblo de Dios” en la toma de decisiones.
Al mismo tiempo, algunas de las cuestiones que plantea para el debate aluden a posibles cambios importantes en el funcionamiento de la Iglesia en todo el mundo, mediante la adopción de un proceso “sinodal” abierto que implique un diálogo y un discernimiento continuos.
El texto también esboza un “método sinodal” de espiritualidad centrado en escuchar al Espíritu Santo y en “discernir los signos de los tiempos”.
El documento, de 50 páginas, fue redactado por un comité de 22 personas en los meses de abril y mayo, y fue aprobado posteriormente por el Papa Francisco. El propio texto subraya que “no es un documento del Magisterio de la Iglesia, ni el informe de una encuesta sociológica”, tampoco “ofrece la formulación de indicaciones operativas, de metas y objetivos, ni la elaboración completa de una visión teológica”, sino que presenta las “prioridades surgidas de la escucha del Pueblo de Dios” en el proceso sinodal global hasta el momento.
El Instrumentum Laboris guiará los debates de la Asamblea sinodal, que tendrá casi un mes de duración, y que se celebrará en el Vaticano. Este encuentro reunirá a obispos, sacerdotes, religiosos y laicos católicos de todo el mundo.
Aún no se han anunciado los delegados para la sesión de la Asamblea sinodal de octubre de este año. Por primera vez, cerca del 21% de los delegados con derecho a voto en el Sínodo de los Obispos no serán obispos, y 70 delegados serán elegidos directamente por el Santo Padre de una lista de 140 laicos, sacerdotes, mujeres consagradas y diáconos seleccionados por la dirección de las reuniones sinodales continentales celebrada durante este año.
El objetivo principal de esta primera sesión de octubre de 2023, según el Instrumentum Laboris, será “delinear los caminos de profundización que se han de llevar a cabo en estilo sinodal, indicando los temas que se han de tratar y los modos de recoger los frutos, para permitir que el discernimiento se complete en la segunda sesión, en octubre de 2024”.
El documento final consultivo al término del proceso, en 2024, será votado por los participantes en la Asamblea sinodal y presentado al Papa Francisco, quien podrá decidir, si lo desea, adoptar el texto como documento papal o redactar uno propio al concluir el Sínodo.
Subrayando el posible alcance de los debates de la Asamblea, el documento destaca que la reaparición de cuestiones ya abordadas en Sínodos anteriores “no debe descartarse precipitadamente”, señalando que una Asamblea sinodal es “un foro privilegiado” para volver a debatir esas cuestiones y remitiendo al mismo tiempo al “desarrollo magisterial y teológico” existente.
También sugiere que si se presentaran obstáculos en la línea de “captar las implicaciones de los documentos para situaciones concretas o de reconocerse en lo que proponen”, un “camino sinodal de apropiación efectiva” podría ser una respuesta.