Por: Pbro. Dagoberto Cárdenas A.
Vicario Episcopal para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
El tema de la salud nunca pierde vigencia, más aún cuando el país ha debatido desde todos los sectores la reforma propuesta por el Gobierno, que pretende mejorar los servicios sanitarios y su cubrimiento a los más empobrecidos.
Para la Iglesia, las personas enfermas están en el centro del corazón de Dios, ellos en medio de su fragilidad son una muestra visible del rostro de Dios en medio del dolor y la desesperanza. Por nuestra fe y, por ende, por nuestra misión, como Iglesia procuramos desde nuestro servicio pastoral, por una atención compasiva, que se acerca al que sufre, que cura y levanta, como lo hizo Jesús con tantos enfermos que encontró en su camino.
Es así como esta Iglesia Particular de Cali hace un acompañamiento de manera permanente, amorosa y misericordiosa a quienes sufren sin importar su condición social, no sólo desde cada parroquia, sino también desde la Pastoral de la Salud en los diversos centros hospitalarios. Servicio, que, con frecuencia es silencioso, que conlleva dedicar una buena calidad de tiempo a estos hermanos y hermanas enfermas, a veces abandonados y solos. Gracias a la cercanía y el afecto de la Iglesia, ellos se sienten más amados y consolados y sienten a Dios presente en sus sufrimientos.
Esta experiencia del dolor y la enfermedad, no es solo el lugar privilegiado de la transmisión de la gracia de Dios para con sus hijos que sufren, sino también una oportunidad maravillosa para sentirse consolados, abrigados y amados por Nuestra Señora de los Remedios, la patrona arquidiocesana, la Virgen María que, con su ternura y amor, abriga, consuela, ama, cuida e intercede ante el Padre Creador por quienes están enfermos, sus familias, por quienes los cuidan y trabajan en los diversos centros de salud.
Nuestra Señora de los Remedios, advocación que por años cuida nuestra región, se hace presente también en la vida de muchas personas que se encuentran junto a los enfermos y saben comprender sus necesidades, porque miran con ojos llenos de amor, como ella lo hace con todos sus hijos. En la vida cotidiana, vemos también muchas madres con sus hijos enfermos, o un hijo que se ocupa de su padre anciano, o una nieta que está cerca del abuelo o de la abuela, ellos, confían su súplica en las manos de la Virgen, de Nuestra Señora de los Remedios.
La Iglesia Arquidiocesana cuenta con la Pastoral de la Salud que es en sí misma, la presencia y la acción viva y vivificante de la Iglesia en los enfermos y en los que sufren y colaborando hacia una autentica humanización de los servicios de salud, es decir, a través del acompañamiento de la Iglesia, los profesionales puedan ser capaces de reconocer a Dios en el otro, especialmente en los enfermos y su familias, así como también, brindar un mejor servicio que proteja la vida y la dignidad humana. El Papa Benedicto XVI definió la pastoral de la salud como “un ámbito evangélico por excelencia que recuerda la obra de Jesús, buen samaritano de la humanidad”.
La Delegación Pastoral está dirigida por los religiosos de la Orden de los Ministros de los Enfermos, más conocidos como Religiosos Camilos, acompañados de sacerdotes, capellanes, diáconos, en diversas clínicas y hospitales y de laicos comprometidos que día a día llevan la palabra de Dios con amor y ternura a los enfermo. La sede de la pastoral está ubicada en la Parroquia San Lucas Evangelista, en el Hospital Universitario del Valle, existiendo también, en varios centros hospitalarios capillas y oratorios, que se convierten en el corazón palpitante en el que Jesús se ofrece intensamente al Padre celestial por la vida de los enfermos.
El servicio de la Pastoral de la Salud, se extiende también a las parroquias formando a los laicos que llevan la comunión a los enfermos en sus casas, por eso el pasado 20 de mayo dicha pastoral certificó a 40 agentes de la salud, quienes se capacitaron desde el mes de marzo para un eficaz acompañamiento a los enfermos y sus familias pertenecientes a sus comunidades parroquiales.
La Vicaría para el Servicio del Desarrollo Humano Integral anima a todas las familias, al cuerpo médico y personal de salud y todos los que están al servicio de los enfermos, acogernos a la protección de María, Nuestra Señora de los Remedios, que este 20 de junio celebramos cómo nuestra Patrona en la Arquidiócesis de Cali, para seguir acompañando y amando a quienes sufren quebrantos de salud y, sobre todo, hacer que cada enfermo, cada persona sufriente lleve grabada en su corazones la dulce mirada maternal de la Montañerita Cimarrona, y vean a través de ella, el rostro misericordioso de Jesús, dueño de la vida y de la muerte.