Monseñor Darío, un profeta del tejido social de la Iglesia

Por: Pbro. José Eugenio Hoyos Salcedo

Director de la pastoral social Arquidiócesis de Cali

Mencionar a Monseñor Darío de Jesús Monsalve es conectarse con las obras de caridad y misericordia que se reflejan en 762 comedores comunitarios, localizados en las diferentes comunas de Cali, 60 comedores con 12 satélites en todo el Valle del Cauca y 82 comedores auspiciados por las empresas.

Una de las frases que nunca olvidaremos de Monseñor Darío, y que hace eco en el ámbito social, es “en los comedores comunitarios se cocina la paz y la reconciliación de Cali”.

Nuestro Arzobispo será recordado por el acercamiento a los más pobres, por su alegría contagiosa, por su sencillez, por sus enseñanzas evangélicas y consejos que levantaron el ánimo de los más desprotegidos y olvidados de nuestras comunas de Cali.

Cada gestora de los comedores comunitarios recordará las palabras de Monseñor cuando dijo “Como iglesia, bendecimos a Dios Padre de todos y todas por tantas personas que, desde la sencillez y la dignidad de sus cocinas, se convierten en sal y luz en medio del mundo que disipa la oscuridad y quita el sin sabor de tanta injusticia que viene arrastrando nuestra sociedad. A los pobres los tendremos siempre con nosotros, la pregunta que nos queda es si nosotros siempre estaremos en favor de ellos”.

Nuestro Arzobispo supo apoyar esta labor solidaria que se adelanta desde nuestra Pastoral Social, entendiendo que no se trata de puro asistencialismo, sino que es una muestra más del rostro compasivo de Jesús y de la Iglesia sobre las comunidades más necesitadas.

Es así como el trabajo conjunto entre la Alcaldía, la Gobernación, los empresarios, la Arquidiócesis de Cali y la comunidad se hace posible que este programa siga avanzando en su objetivo de disminuir el hambre en la ciudad, al mismo tiempo en que fortalece los escenarios de construcción de tejido social.

Como es sabido por todos, Monseñor Darío es un abanderado por la paz, un defensor de los derechos humanos y un gran reconciliador en los proyectos arquidiocesanos. Su pensamiento siempre está abierto a que para lograr la paz debe haber seguridad alimentaria, oportunidades de trabajo, educación y una vivienda digna para los más necesitados. Muchos retos y programas respaldados por el Arzobispo ahora, se han convertido en emprendimientos y progreso para una gran población antes olvidada.

Son más de noventa mil personas beneficiadas diariamente con los programas de la Pastoral Social y la Comisión Vida, Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Cali. La población recordará siempre todo el aporte social, humano y espiritual que Monseñor Darío deja con sus huellas y sus obras como líder, amigo, pastor y profeta en su gran ministerio.

Los líderes sociales, las víctimas de la injusticia, las comunidades, los jóvenes, ancianos y niños, los desplazados, y todos aquellos rostros invisibles que recibieron su apoyo y acompañamiento, nunca olvidarán la presencia de este Arzobispo amigo que estuvo pendiente y procurando el bienestar de los que sufren y están quedando atrás de la sociedad.

Monseñor seguirá siendo la voz de los que no tienen voz, pero los que recobraron la fe, la esperanza y descubrieron que sí valía la pena creer y tener fe, a pesar de las diferencias sociales abismales de una sociedad que puede cambiar y transformar la pobreza a oportunidades, la vocación del servicio, el carisma y su generosidad y el amor de pastor nos recordará siempre a Monseñor Darío en el lugar donde Dios lo envió.

“A los pobres los tienen siempre con ustedes”. Marcos, 14, 7

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