Por: Luis Fernando Rodríguez Velásquez
Arzobispo Coadjutor
No deja de preocupar la fuerza que ha venido tomando en el mundo capitalista y consumista, la justificación de que se necesita dinero, de que se necesita una mayor inversión de capitales, de que la salud comercial de las ciudades y Estados se mide por la capacidad que tienen los ciudadanos de comprar, de gastar y de invertir.
Por eso se justifica el llamado día sin IVA, que, si bien en apariencia los artículos autorizados para las transacciones y compras en esas 24 horas son económicos, están llevando al aumento del endeudamiento financiero de los compradores a cifras prácticamente impagables, según la superintendencia de comercio. ¿Quiénes son los beneficiados de estas jornadas de compras desenfrenadas?
Ahora se está promocionando en Cali un evento comercial llamado LALEXPO, organizado por la Latin American Adult Bussines Exposition, para promocionar el mundo del entreteniendo para adultos web y las empresas dedicadas a la empresa pornográfica de adultos. Es un evento cuya realización fue rechazada en Cartagena y en Barranquilla. “Según sus organizadores, dejará unos ingresos aproximados de $18 mil millones de pesos a la ciudad” de Cali (Fuente: Revista Semana). ¿Quiénes son los beneficiados de estas jornadas de compras desenfrenadas?
Si propongo este tema, es porque es necesario que estemos siempre atentos a las distintas propuestas que, bajo la apariencia de licitud, realmente no son oportunas ni convienen. San Pablo dice: “Todo es lícito, más no todo es conveniente. Todo es lícito, mas no todo edifica. Que nadie procure su propio interés, sino el de los demás” (1Cor. 10, 23). Así, en los ejemplos propuestos aquí, se puede decir que tanto el día sin IVA como LALEXPO, son eventos lícitos, ¿pero convienen? ¿edifican?, ¿o por, el contrario, afectan la economía de los hogares y a las personas les pueden seguir abriendo puertas para el desenfreno del consumismo y de la sexualidad sin límites? ¿Buscan el bien común, o están buscando el interés de unos pocos?
Estos son unos tips que escribo con respeto, pero con la confianza de que los hombres y mujeres de buena voluntad, en especial los católicos, puedan hacer un adecuado discernimiento ante estas y otras situaciones de la vida moderna. Permítanme compartir un breve texto del Papa Francisco que espero ayude a entender la forma como debemos entender y actuar ante estas nuevas realidades:
“¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir. Si lo pedimos confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo, seguramente podremos crecer en esta capacidad espiritual” (n. 166).
“El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves, o cuando hay que tomar una decisión crucial. Es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor. Nos hace falta siempre, para estar dispuestos a reconocer los tiempos de Dios y de su gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor, para no dejar pasar su invitación a crecer “(n. 169). (Citas tomadas de la Exhortación apostólica Gaudete et exsultate, sobre el llamado a la santidad, del Papa Francisco, 2018)
Aquí les dejo estas anotaciones. No se trata de condenar, se trata de discernir con madurez no solo lo que es lícito, sino también lo que conviene y edifica ante las propuestas que encontremos en el camino de la vida. Es lo mismo que hay que hacer también ante las leyes, prácticamente impuestas, del aborto y la eutanasia. No todo lo lícito y legal es moralmente conveniente u oportuno.