Como signo de sinodalidad y cercanía a los obispos, sacerdotes y comunidades del Putumayo, las directivas de la Conferencia Episcopal de Colombia, presidida por monseñor Luis José Rueda, recorrieron del 9 al 11 de junio, territorios del Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo – Solano, para escuchar de primera mano el clamor de sus gentes.
“Caminar juntos nos ha permitido la escucha paciente y sincera de las comunidades y sus instituciones. Ha sido espacio seguro en el que como pastores hemos acogido los clamores y animado en la esperanza; hemos celebrado la fe con todas ellas, valorando la fuerza de lo simbólico de estas culturas ancestrales; hemos conocido y reconocido el rostro de una Iglesia que avanza venciendo miedos y temores en la Amazonía, siendo digna de la hora que le toca vivir”.
Al concluir su visita que estuvo acompañada de un espacio de diálogo y discernimiento con los diferentes actores: Iglesia, comunidades y estamentos, los prelados emitieron un comunicado, en el que constatan la difícil situación de conflicto con la que tienen que convivir los moradores de esta zona del país, permeada por el narcotráfico, el control territorial de los actores armados, la inseguridad, la violencia, entre otros factores.
“Hemos constatado en la escucha y el discernimiento realizado con sus pastores, presbiterio, religiosos, religiosas, catequistas, equipos misioneros, organizaciones sociales y comunidades ancestrales la urgencia de hacer un llamado a quienes tienen responsabilidades de gobierno en lo público para que se frenen las muertes violentas, desapariciones, amenazas y desplazamientos que están direccionadas principalmente a las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes”.
Instan a un llamado a las principales autoridades del Gobierno y a todas las fuerzas vivas de la región para que fijen su mirada en estos territorios y brinden las ayudas necesarias de una manera más integral, explorando caminos de solución a corto, mediano y largo plazo.
Exhortan a los actores armados para que se respete la vida de toda persona como don sagrado y por encima de cualquier propósito de lucro o beneficio. “Les recordamos que en la guerra no todo se vale y el drama de la guerra no lo justifica nada”.
Finalmente, resaltan la labor de las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes, quienes a pesar de los atropellos que se dan por cuenta del extractivismo y la depredación en estos territorios amazónicos, siguen valientemente defendiendo la diversidad biológica y cultural. Así también, recuerdan a todo el pueblo colombiano que el cuidado de la casa común es responsabilidad de todos, por lo que los animan a perseverar en beneficio de esta noble causa.
“El clamor de la Amazonía es a que nos planteemos seriamente una producción menos agresiva y contaminante, un esfuerzo por distribución de los bienes más equitativa, y una cultura por un consumo responsable”, concluye el mensaje.
Por: Conferencia Episcopal de Colombia