El mensaje que envían los obispos al pueblo colombiano a pocos días de las elecciones presidenciales, es una exhortación a participar “activa y conscientemente” de estos comicios.
Los prelados señalan que ante las distintas opciones que se ofrecen para ejercer el derecho al voto, es importante aplicar tres verbos: distinguir, ponderar y valorar, esto, agregan “es lo que llamamos el arte de la búsqueda democrática del bien común”.
“Hoy más que nunca necesitamos de esta capacidad para reflexionar sobre la realidad en la cual vivimos y reconocer las causas profundas de nuestros males sociales, sin dejar de mirar las grandes potencialidades que tenemos para progresar unidos”.
A través de un comunicado invitan a los colombianos a cuestionarse sobre ¿En qué Colombia queremos vivir mañana? Responder este interrogante observan los obispos, permitirá motivar y dar la posibilidad de “engendrar ideales para el bien de todos”.
“Al participar, superamos el pesimismo y el miedo que nos llevan a desconfiar permanentemente unos de otros. El sueño compartido de un país mejor para todos nos permite recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, si logramos entregar su dirección a las personas que consideramos más dispuestas a servir al bien común”.
En este contexto, invitan a participar de esta jornada electoral recodando que, “a pesar de nuestras circunstancias, el voto es la herramienta sin violencia más poderosa que tiene una sociedad democrática para determinar su futuro; cuando votamos, hacemos que nuestras voces sean escuchadas”.
La misiva fue firmada por los obispos Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia – CEC; Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, y Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC.
El comunicado finaliza con una cita contenida en el Evangelii Gaudium, exhortación apostólica del papa Francisco: “Recordemos que el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral”.